
Información general | 03/06
Imágenes que hablan por sí solas
Reclamo ciudadano por el deplorable estado de los caminos en la provincia
Mientras en distintos ámbitos oficiales se organizan jornadas para abordar temas de actualidad, una gran preocupación persiste entre los vecinos: el deplorable estado de los caminos provinciales.

Por Franco Lizarzuay, especial para Minuto Entre Ríos
Desde Gualeguay, llegan imágenes que reflejan el abandono y la falta de mantenimiento en rutas y caminos rurales, que afectan seriamente la circulación, la economía local y la seguridad de quienes transitan a diario.
“No tengo varita mágica, solo soy una ciudadana que quiere a su país”, manifiesta, una vecina que compartió las fotografías y su preocupación, enfatizando la necesidad de que los funcionarios prioricen esta problemática urgente.
La comunidad espera que las autoridades provinciales tomen cartas en el asunto y ejecuten acciones concretas para mejorar la infraestructura vial, vital para el desarrollo y bienestar de todos.
Pero este hecho no es aislado. Es uno más de los tantos a los que nos tienen acostumbrados los caminos en mal estado. Un claro ejemplo: la Ruta 51, que parecía impecable tras su repavimentación…y duró poco. Hoy se habla mucho de brindar un buen servicio a un buen precio, pero -como dice una vecina- “qué inocentes los corderos... o sea, nosotros”. Creímos que nuestros representantes fiscalizarían las obras hechas con nuestro dinero, pero nos equivocamos.
¿Alguien puede asociar hoy la labor de un funcionario público con un trabajo eficiente, transparente y pensado para el ciudadano común? ¿Para el productor rural, para los que transitan hacia escuelas, hospitales o comercios? ¿Para el que paga impuestos?
“Los encargados de los caminos tienen que rendir cuentas, porque hemos sido estafados una vez más”, sentencia esa misma vecina, que como muchos, ya no cree en promesas ni cortes de cinta.
Y es en ese clima donde resurgen frases polémicas pero certeras como la del presidente Javier Milei: “Entre la mafia y el Estado prefiero a la mafia. La mafia tiene códigos, la mafia cumple, la mafia no miente, la mafia compite”.
Muchos se escandalizan, pero ¿no saben acaso que los "vueltos" millonarios se esconden detrás de boletas truchas, licitaciones amañadas y cifras inalcanzables para el ciudadano de a pie? Lo que no pueden ocultar son sus vidas de lujos: mansiones, vacaciones VIP, mientras nuestros jubilados, docentes y médicos apenas llegan a fin de mes.
Hoy, a casi un año del cambio de gobierno, hay una esperanza: que la impunidad empiece a terminar. Que aquellos que se sentían intocables tengan que caminar por los mismos caminos rotos que los demás. Que se les termine el uso personal de recursos públicos, los autos oficiales y los privilegios. Que vivan como el pueblo que dicen representar.
Como dice una vecina: “Tendrán que convivir también ellos con los caminos hechos pelota. Se les acabó la joda. Ahora, a rendir cuentas”.
