Por Franco Lizarzuay, especial para Minuto Entre Ríos

Dalma Otero lleva el fútbol en la sangre desde que tiene memoria. “Me gusta desde que tengo uso de razón”, confiesa. De chica, pasaba los recreos jugando con sus compañeros y, cuando volvía al barrio, seguía con la pelota al pie.

Sus primeros pasos los dio bajo la dirección de Celia Galván, en un equipo de “La Estación”, donde participó durante algunos años en los Juegos Evita. Más tarde, a los 13 o 14 años, se sumó al Club Central Larroque, donde debutó directamente en Primera División, ya que el club no contaba con divisiones inferiores. Permaneció allí hasta fines de 2023.

Fue entonces cuando su compañera y amiga Magalí Escalante, la animó a sumarse al Club Social y Deportivo Sarmiento, donde ambas juegan actualmente. “Nos comunicamos con Ricardo Inzaurralde, director técnico y secretario del fútbol femenino, e hicimos el pase a préstamo por un año. En 2025 volví a renovar”, contó.

Adaptación, compañerismo y pasión

El cambio de club fue uno de los mayores desafíos para Dalma. “Al principio me daba un poco de duda, pero mis compañeras me integraron desde el día uno. Gracias a eso pude adaptarme rápido”, recordó. Hoy, aunque el trabajo le complica asistir a los entrenamientos, intenta mantenerse activa en Larroque.

Los viajes a los partidos son otro esfuerzo colectivo: “Viajamos en remis con Andrea y Magalí. El DT se hace responsable de los gastos y, cuando podemos, colaboramos también. El club paga la afiliación, a veces ayuda con el alquiler de cancha y los refrigerios”, detalló.

Más allá de la competencia, Dalma se enfoca en el crecimiento personal y grupal. “Me motiva la pasión que tengo por el fútbol y el compañerismo que compartimos. Creo que cuando una mejora individualmente, también contribuye al grupo”, expresó.

El crecimiento del fútbol femenino

Otero observa con orgullo cómo crece el fútbol femenino en la región. “En Gualeguaychú se nota mucho el cambio. Hay más clubes con equipos, más chicas que se animan a jugar y torneos mejor organizados. Falta apoyo y espacios para las categorías más chicas, pero vamos por un camino muy bueno”, señaló.

De su recorrido, destaca los aprendizajes y vínculos que el deporte le regaló. “El fútbol me dejó valores, amistades, experiencias. Aprendí a tener paciencia, a disfrutar del proceso y a seguir intentando aunque las cosas no salgan.”

Sueños y mensaje final

Con los pies en la tierra pero la mirada en el horizonte, Dalma tiene un objetivo claro: ganar un campeonato con Sarmiento. “Siento que nos lo merecemos por todo el esfuerzo que hacemos. Y, como toda jugadora, también me gustaría algún día vivir la experiencia de formar parte de un club profesional”, expresó.

A las chicas que recién comienzan, les deja un consejo sincero: “Que se animen a jugar, que no duden. Que disfruten, aprendan y se rodeen de gente que las apoye. Todo cuesta al principio, pero si realmente te gusta, vale la pena cada esfuerzo”.